Una tarde en Nunca Jamás
Cicatrices
de guerra, una más… Hoy debí bailar contigo de mi mano cogida aquella estúpida
canción que habla de cómo pasan las cosas… toda la noche a la luz de la
misma luna en que bailamos la vez que lo hicimos. Una conversación,
bebidas aromáticas… peleas de gallos… como una pulpería que me provee de todo
lo indispensable para la vida cotidiana. En la esquina del algún campo tuve un
sueño - encontrabas a alguien mejor y escapabas con él - …dicen que estas
cosas andan escritas… ¡Que sueñes bonito¡ decía mamá al acostarme… pero el
poder de los sueños se esconde en un lado salvaje, cerca del miedo y del
deseo no alcanzable… creo que sobrevaloramos los sueños.
¿Recuerdas
aquella tarde en Nunca Jamás? Al estilo de un corredor la terraza multiusos: en
ocasiones miradero otras cafetería ora cenador; se extendía a lo largo de
toda la fachada este del edificio. Artificializado el entorno en plena
naturaleza lo ennoblecieron a base de maderos, forja, y piedra tratada a
mano; los trofeos de caza, las antiguas alfombras; daban un falso aspecto
de residencia de campo señorial a la estancia mantenida al margen del
tiempo, diría también que del lugar; pero con un sosegado resultado final
acogedor.
La
disposición de las mesas nos hacía mirar inevitablemente al jardín de un
verde no de allí creado a base de especies no autóctonas,
piscina, césped, duchas, salvavidas y al fondo la sierra
originaria; los gamos acostumbrados acudían para comer cuscurros de pan
que el mozo de cocina les arrojaba desde la ventana; fresca como ajoblanco, la
conversación… Quisimos robar esa tarde al tiempo y a lo que la vida
nos negó, nada habría ocurrido de no haber estado, nadie nos hubiera notado
ausentes allí…furtivos en Nunca Jamás. Pero los gamos y las hamacas
saben; el robot limpiafondos de la piscina y el cromatismo de las
advenedizas plantas, el absurdo postre nupcial que nos ofrecieron… son
cómplices nuestros… sucedió.
-
Tienes la misma mirada, una poco más triste quizá y tu ojo derecho tiende a
cerrarse solo - la miré sonriendo. El camarero recogió
el servicio - ¿Número de habitación? - Pregunto.
© f. buendía
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