viernes, 30 de noviembre de 2012

El Respeto



El Respeto
       Destruiste los sueños que teníamos ... Si te perdono, no vas a respetarme.

La Nebulosa - Toby-estrella*
Imagen:  "Alone Together"(Solos) by Malcolm T Liepke




Iré a buscarte con la vuelta del otoño

Vendrás tú con la vuelta del otoño?

Cae pronta la noche en el otoño y la bruma empaña los ojos qué en verano huyeron para buscar mares azules y sal. Hay ahora tantas estrellas como antes pero más frías, de plata helada en la larga noche emprendida.


Iré a buscarte, vendrás tú? Verdaderamente no sé si lo deseo o prefiero las sábanas blancas de hilo, perfumadas de lavanda, solitarias y de cristal. Pero sea lo que fuere rezaré a la tierra, lloverá triste y se velará la luna. Y yo esperaré o no, lo que sea o no.



La Nebulosa – Tobas C. S.

Cuando nos parecemos a nuestros recuerdos


         
      
      Cuando nos parecemos a nuestros recuerdos

     Sus dedos eran leñosos como sarmientos de parra, sus manos, grandes y delgadas, estaban cotidianamente morenas, de ese moreno que da la exposición continuada de la piel al sol y al tiempo, día tras día de trabajo, semana tras semana, años… toda una vida. Si embargo, aun conservaban esa forma tan particularmente suya, de coger con sutileza el útil de escritura y hacerlo girar de forma distraída alrededor de su dedo pulgar. Eran tiempos de castañas asadas junto al fuego y sobremesas solazadas en el salón familiar. Mientras él, ataviado con sus antiguos lentes de carey, desproporcionadamente grandes y descuidadamente colocados, afilaba el lapicero con parsimonia, mojaba la punta con saliva y comenzaba a repasar sus partituras. Luego, como que no quiere la cosa, asía su viejo bandoneón e interpretaba para nosotros aquellas melodías inolvidables.

     Nunca podre olvidar tanta devoción, tanto amor a una tarea. Así era él, así entendía la vida, siempre le gustaron las cosas bien hechas. 

     Después, pasaron los años. Yo me ocupe en mis propios asuntos; el trabajo, la familia, el colegio de los niños, más tarde la universidad… Esto se llevó por delante los mejores años de mi vida y, de paso, también se lo llevo a él, no podía ser de otra forma, y a mamá. Algunos buenos amigos también sucumbieron mientras yo me afanaba sin descanso en mi propia refriega.

     La otra tarde, tras la comida, como otras veces, busque mi sillón favorito. Tenía intención de pasar un agradable rato de lectura. – ¡Vaya! Olvide las gafas. Ya no consigo leer nada sin mis gafas de cerca. Las cogí, me acomode nuevamente, me encanta sentarme frente al fuego ligeramente acurrucado bajo la vieja manta de lana que mamá tejió con restos de viejos jerséis. Entonces reparé en algo, mis manos, huesudas y delgadas, ya no son como eran antes. Ahora la piel es... fina, como suavizada por el paso del tiempo. Pero… ¿Qué son estas manchas? Y tiemblan, ¡¿por qué tiemblan?! 


     La Nebulosa - © Edy











jueves, 29 de noviembre de 2012

Se acabaron las noches blancas y heladas


Se acabaron las noches blancas y heladas
y las charlas apasionadas.
Se acabaron los luceros fríos de la madrugada.
El tiempo terminó. 
El mundo ha cambiado.
No se ha cumplido el destino.


La Nebulosa - Tobas C. S.

Los dioses son solo mármol y no corre la sangre en su interior.

¿Como no nos dimos cuenta del fin de los sueños?.
Solo queda el frío del aire vacío,
la luz invisible de la noche sin abrazos,
el aullido de los perros solitarios.

!OH ABANDONADO!,
!OH ABANDONADO!.
La Nebulosa - Proel y navegante*

Tangled Up in Blue



Lo que mola de internet y las redes sociales es que por fin podemos decir lo que pensamos, compartirlo y exponerlo públicamente para que nadie lo lea. En realidad les interesa una mierda a todos y lo único que le gusta a la basca es husmear entre tus fotos, esperando a ver qué eres capaz de dar para conseguir más fans. Siempre puedes si quieres plantear un perfil anónimo que te permita una mayor profundidad en tus explicaciones, hablar desde la propia experiencia con total sinceridad preservando así la intimidad; de esta manera también serás menos nadie porque menos alguien querrá saber de tus pamplinas. Es la era del desconsuelo…. Ahora que podemos ser únicos, individuales e independientes, debatir nuestras inquietudes, ponernos de acuerdo sin que nadie nos maneje, ahora, no sabemos muy bien qué ni como decirlo, ni tampoco hay nadie que quiera escucharlo. Las publicaciones han de ser cortas y precisas, las imágenes impactantes y el mensaje directo… para aún así captar vagamente la curiosidad de algunos prendas durante la miserable fugacidad que la red impone.
Tangled Up in Blue

Voceamos desde nuestros teclados pero el mundo es sordo, necesitamos ser escuchados pero no escuchamos, vivimos en sociedades muy apretadas que no encuentran sinergias, vemos lo que se cae, sabemos lo que se destruye, queremos que no se joda, gritamos para advertir de lo que está pasando, pero nadie escucha. “Bajo los adoquines esta la playa”… , escupimos viejas máximas con la esperanza de despertar nuevas sensibilidades mas todo ya se ha dicho, todos los valores están gastados… ¿Qué puedo decir que no hayas dicho tu primero?, ¿que contarte que no te hubiera contado ya?, ¡Carajo! ¿Donde podemos encontrarnos?, ¿Cuándo bloqueamos el maldito chakra de la comunicación?; respiremos profundo, que nuestras gargantas vibren y resuenen lentamente, dejemos que se abra ligero y serene nuestras efervescentes consciencias demasiado sabias, demasiado llenas; y nos ayude a encontrar el tiempo perdido para despertar y ver que aun estás, que puedo hablarte, que te voy a escuchar.
Tangled Up in Blue

La Nebulosa - F. Buendía


domingo, 25 de noviembre de 2012

El tiempo recorrido





Viejas maletas de badana y cartón, cuidadosamente apostadas, hacían de la estancia un lugar agradable. Habían permanecido allí… nadie sabia bien el tiempo. La vieja consigna hacia años que estaba cerrada. 

Sin embargo, los tiempos hábiles también pasaron y, llegado el momento, el joven supo reconocer enseguida que la vida junto a la familia y los seres queridos había terminado. Resolvió ir entonces, hasta el lugar donde, años atrás, hombres no menos determinados habían empeñado sus fardos, con la decidida intención de olvidarlos, y comprendió, que el tiempo nuevo que irrumpía estrepitosamente, en realidad, no era tan nuevo, sino que era un tiempo que otros ya habían recorrido.

La Nebulosa - 
© Edy

sábado, 24 de noviembre de 2012

HOY TE TRAIGO FLORES AQUÍ DONDE TE ENCUENTRAS



Y vengo a ti, a visitarte con ellas y con recuerdos,
porque me he levantado con un insoportable deseo de tu presencia,
con un terrible dolor de ti y de tu ausencia.
Me he puesto el abrigo gris p
izarra que me regalaste.

Hace ya once años que me compraste el abrigo
y aún me lo pongo y es el abrigo más hermoso que tengo,
el abrigo más hermoso del mundo.
También en casa me pongo en las noches de invierno,
en las más crudas y frías, heladas como témpanos,
el jersey verde que me tejiste con una cenefa
de ciervos amarillos y rojos que parecen cabras.
Te he echado tanto de menos, te echo tanto de menos.
He escogido margaritas y también violetas, se que te gustaban,
unas por sus pequeños y numerosos pétalos del me quiere no me quiere,
y otras por su color de terciopelo morado y su perfume denso.

Leo tu nombre y toco la piedra y sé que tu espíritu no está aquí,
pero me consuela, tu alma no está aquí, pero me consuela.
Y hoy beso tu lápida y abrazo la piedra
y siento algo de calor a través de ella,
como si me recogieras herido en tu cálido regazo.
Me ha anochecido pronto y debo dejarte.
Te dejo la compañía de las flores y mis abrazos.
Y yo me voy como siempre solo,
y me quedo solo como todos los días y todas las noches.
TE ECHO TANTO DE MENOS, TANTO DE MENOS.


La Nebulosa - Tobas C. S.