lunes, 28 de marzo de 2016

Retrovisor


Retrovisor

Nunca hay héroes cuando les llamas, ni sueños que aguanten un despertar

Corría el año de 1967, el mundo me parecía aún pequeño, el río que no tendría fin y después de las montañas nadie que existiera me podría comprender; que nunca jamás nos encontraríamos ellos y yo; yo viviría aquí una vida, por cierto que aún no entendía, y alguien siempre estarían allí… tras las montañas. En ocasiones esos tiempos vuelven ¡carajo¡ olisqueo y los siento, inspiro hondo y ya no están ¡maldito diablo¡


Esperé media vida un cambio de circunstancias, pero son las que son, no hay más,   y la vida esta… me gustaría haber aprendido algo.  He pensado en lo feliz que he sido a veces sin nada, sin apenas nada: una canción, un verano, las sombras y  tu… casi nada.  Sentados en el mármol una tarde de agosto, no sé de quien el portal; creo que de nadie nuestro, quizá de alguien prestado; el calor espantoso y el mármol  fresco, nadie habla y todo inmejorable pasa… Unos chiquillos que  sofocados del calor en la siesta, hartos de jugar paran y se tumban en la piedra, respiran y sienten;  no saben si el mundo pero ese momento es perfecto…  Y no recuerdo más de aquel verano.

Yo andaba buscando alguna razón que diera sentido a mi vida y quiso la casualidad que abajo mismo de mi casa encontrara las rices que pondrían orden a esta historia… Es así como suceden las cosas y también como os las contaré, al modo en que se comportan los naipes en un juego de magia. … A veces tengo miedo, hablo de esa sensación en la que sientes que todo se retuerce y no encuentras las correas ni hebillas donde atar la desesperanza. Miedo que  inevitablemente me precipita a  la indigencia de la noche en que pusimos punto al fin  - Es septiembre y te  tienes que marchar -  Siempre encontraré en la pesadilla que me despierta  esta oración,  como  una sarta,  una  sucesión, el discurso, la invocación...  letanía;  súplica…  a pesar de las horas… de cero.

No es de una tarde que se entendiera, ni dé tiempo a sentir la tristeza… Es el devenir así de traicionero, en ocasiones aguarda y cansa, otras sorprende y no deja espacio al desengaño, ni a la velocidad negativa para vencer la inercia que nos lleva ¿Qué cosa fuera? Que una mañana un puto whatsapp todo lo dijera y yo necesitara semanas después para notar ridícula tribulación sin absolutamente ser ya concurrente la pena. Pero no te preocupes sister, el tiempo lo mide un reloj, es  una maquina… y no existe un instante más que para recordar o para esperar,  no entiende de otra cosa  que de la ocasión y de escoria que no sirve abarrota todos los muladares… a los que  tu y yo nos asomamos para saber que estamos en lo cierto, que sobra lo que arrojamos  a los vertederos
¿Quién eres tú? dueña de esta casa tan vacía, que habitas sin quererlo y de la que huyes eterna cada día ¿Dime quien eres paraíso, cuando llegaste y para qué: inevitable, todo, ausente… tú en mi vida y toda sin ti? ¿Dime quien eres si nunca estas y apareces… cuando ya no hay nada por lo que rezar?    Tenía una buena razón pero me fui el día en que  reventó aquella bomba en mi cabeza…  el vértigo, un runmmm ensordecedor aún resuena dentro de mí. ¿Quién eres tú  que sonríes? ¿Qué escapas cada vez?  ¿Qué nunca llegas? ¿Quién?
¿Qué es lo que nos empuja a enamorarnos…?  Cuatro brazos, cuatro piernas, dos caras opuestas… un ser invencible… dos partes condenadas  a encontrarse… si mayor… perdidamente…  ¡Leitmotiv¡   …La noche,  la invocación del mas allá el único lugar donde los amantes se encuentran… La bemol mayor… ¡Tened cuidado, tened cuidado…  el sol está a punto de salir…¡  ¿Cómo es posible que nuestro amor continúe eterno…  si tú y yo somos mortales?

¿Tenemos el destino escrito en las palmas de las manos? No hablo de ti, hablo de la vida, de las arrugas que produce, de las viejas cicatrices... de cuando debemos despertar… porque todo ha terminado, de un adiós al ayer, estúpido y paupérrimo;  del antes que nunca desaparece …Y de este endiablado viaje hacia el futuro que nos convierte en pasado a cada metro.  No hay novedad hoy tampoco en las líneas dibujadas sobre la piel de mis manos;  he mirado y visto bajo mi dedo anular el pequeño monte del sol  al que he preguntado como a un oráculo… Nada, nada ha respondido sobre mi suerte, ni bienestar, ni mi talento… Nada sobre mi corazón y su camino… ni que me ayude a continuar, nada… En despigmentación y heridas secas mis manos se pierden.

Sin embargo hoy necesitaría ser tierno y saber decirte lo que quise siempre pronunciar…  lo que tantas veces supe contarte tan mal… Y ser el poeta perfecto, cantar la mejor canción; tener  un motivo; alumbrar una intuición ¡¡ ... en esta noche que no estás y que tu inexistencia velo.

           "Vi las cosas
           más claras
           una vez que estaban… en mi espejo retrovisor."

© f. buendía.




domingo, 20 de marzo de 2016

Arañas pesadillas y ensueños



Arañas pesadillas y ensueños

Señor T mintió, no ha vuelto como anunció. He buscado esta mañana en el desguace hasta encontrar su nombre escrito en una piedra ni siquiera adherida a la tierra si  no suelta, dejada caer sobre otra losa ya usada y vieja;  borrado lo labrado en ella,  desgastada  y apretada contra muchas más… laberinto luctuoso del desorden sin sentido,  caos del fin: Su nombre, sus apellidos y dos fechas cinceladas, apenas nada – 9 del 9 del 54  –  6 del 9 del 15 –  a tres días para su sesenta y un aniversario… la lluvia caía… la oía caer en la cuidad fría, sonaban por San Lorenzo las campanas… sonaba bajo la espadaña like a rolling Stone.

Señor T no encontró su lugar en el tiempo ni tampoco en el espacio, nunca se encontró, de manera que decidió - No ser nada, nunca fue nada ni quiso ser nada nunca, aparte de esto, tuvo en si todos los sueños del mundo -  Ventana de un cuarto en la calle Fuente de las Risas de uno de los millones de gentes que nadie sabe quién es, y si supieran quien es ¿Qué sabrían? – Recuerdo la calle y la casona… el portal y el sótano húmedo, los gritos de una madre eternamente enferma desde la habitación prohibida recuerdo. Y los libros… siempre los libros leídos y ocultos, tapiados al quehacer diario, como si prueba traidora fueran de su refinamiento oculto, siempre queriéndolo ocultar…  Los libros en los que curioseamos todos a escondidas, de los que aprendimos tanto  y que de lo sabido, Señor T tanto nos vacilaba y presumía… un pasito siempre por delante T... ¿para qué sabiduría perdida?.

Y eso viene a demostrar que está bien construir aviones enormes, sembrar algunos campos, cargar tu camión con gasolina,  luchar, luchar, luchar… demuestra que está bien luchar ¡pero¡ ¿dónde debiéramos morir?   Un día mucho tiempo después volvió viejo, demasiado viejo Señor T. sin embargo nada en él había cambiado, aún más la dejadez si acaso, la decadencia y su pelo blanco ralo, la tez enrojecida, un esmerado aspecto desaliñado... su descuidado descuido; y la certeza en la mirada de una despedida… Se sobrecogieron  nuestras almas tardas cuando un ¡apenas nada¡ después comprendieron que la vida para Señor T. iba en serio. 

Señor T. habló de que se aparecería y que al fondo de la cama tiraría de mis pies... Mintió, no ha llegado. Dejo siempre vino en una jarra y galletas de canela en una bandeja de plata, lo dejo por si viene a mí ventana… por si trajera sed de allá donde venga…  dejo, por si galletas deseara… pero hace meses que lo dijo y nunca llega… Señor T. miente.

Son los años como bandidos que irrumpen y te asaltan en los caminos, que se van llevando la infancia unos, otros la juventud, los amores perdidos, las ganas... y lo esconden todo en sus guaridas Dios sabe para qué. Es el tiempo huraño que deja apenas días para recordar lo que nos roba y para añorar lo perdido,  quizá guardado en las toperas de los años bandidos ¡¿para qué?¡ Y se lo van llevado todo, a veces cavan y  entierran lo hurtado y lo tapan con una losa… y una fecha grabada.


© f. buendía.

"Las hojas caen a mi alrededor, es hora de que me ponga en camino
Te doy las gracias, estoy muy agradecido por la estancia tan agradable
Pero ya es hora de que me vaya. La luna de otoño ilumina mi ruta
Porque  huelo la lluvia, y con ella el dolor  va en mi dirección
A veces me encuentro agotado, pero sé que hay una cosa que tengo que hacer..."