viernes, 27 de noviembre de 2015

Les Demoiselles d'Avignon



      Les Demoiselles d'Avignon

El ego es como tener una novia guapa… sale caro, de manera que vivo sin exponerme y muerdo si a casa vienes demasiado.

  Ese verano, dieciséis de julio, llegaron tres chicas al poblado: Juani, Carmen  y Ana; Ana la del bañador estampado en amalgama de azules verdosos, aguados los azules y verdes agua los verdes de mar;  entorna los ojos miel mientras recoge sus brazos alrededor de las piernas sentada sobre un peldaño, Carmen sin querer, quería ser desenfadada y nos mira en la foto descaradamente canalla, conmovedoramente despistada; y Juani la eterna cándida sofisticada, rueda mientras sueña por escaleras en espiral hasta caer en profundos agujeros de los que tanto nos costaba rescatarla.  Herrera y yo nos habíamos ido y ellas estaban donde nosotros debíamos haber estado ese verano, Verde de Covaleda nosotros, seco del Guadalquivir azul en el pantano del salto, las señoritas d´Avignon… rosa.  ¡Qué estúpidos si acaso…¡  ...pasaron las cosas.

“Ella se asomó a la ventana y negó con la cabeza ¿Cómo puede probarse lo que es mentira?”

Uno se cree que todo es corregible pero el pasado es indeleble, fue lo que pasó… eso fue. No recuerdo muchas más caras de aquel julio: una alberca bajo un nogal donde ellas se bañan sin nosotros recuerdo y autobuses adentrándose a los picos de Urbión, el terrible fresco de las noches allí,  pero ninguna cara. Solo  la  de las tres amigas retratadas en traje de baño y sentadas en el porche de la escuela-iglesia que ya no existe... no queda otra cosa que la fotografía  de las tres gracias y un espacio que está solo en nuestro recuerdo distorsionado... guardado en pequeños cubos que componen para la memoria una perspectiva múltiple… la que quisimos que fuera cierta. 


© f. buendía 




jueves, 19 de noviembre de 2015

Azul




       Azul

       Ahora es casi de día y el cielo arde
       Los límites se extienden, escapa el espíritu
       Se disipan  los sueños, el día rompe
       Para bien o para mal, todo es azul
 
       Esperas infinitas
       Estrellas, noche que todo lo das
       Mañana que no se demora
       Magina, luna que menguas, olivos….
 
       Mi viejo abuelo labraba el campo ayudado por bestias
       Mi padre me lo contó una noche
       Asustado, escuche esa historia absurda
 
       Miro y veo Magina
       Y la luna que ayer era grande
       Pienso en todo lo que está pasando
 
       © f. buendía