viernes, 19 de julio de 2013

Ellos le llaman Socho.

Como un adiós en la isla de Gorée sonó aquella despedida, volvió la cabeza desde la barcaza extendiendo la  mirada rápida y furtiva, recogió los ojos hacia el suelo y se hizo a la mar. Rumbo a un futuro lleno de agua en busca de la otra orilla, orilla con otra vida, vida incierta en  deseado futuro, futuro con toda la mar detrás y aquella orilla y todos los recuerdos y el pasado de otra vida, más allá del agua, allí, atrás… Dicen que llegó sonriendo mientras apretaba una ramita entre los dientes blanquísimos; ellos le llaman Socho, la raíz de un arbusto - Tamarix Africana -  ideal para la higiene dental. Y sonreía a la vez que se encerraba en un tímido gesto ladeando la cara hasta chocarla contra su hombro que al mismo tiempo encogía, como queriendo, pudoroso, ocultar lo manifiesto. En un visaje y la insinuación de una palabra, explicaba más que mi más largo discurso. Después se irguió y caminó sobre la arena de la playa cansado e inseguro pero digno, adentrándose en el futuro. A su espalda la barca, la orilla, la mar y la otra orilla…  su otra vida; delante todo lo demás. Aunque lo parecía, no era un dios, pero era el segundo mejor. 

La Nebulosa - F. Buendía

Acompañamos con:  Biko - Peter Gabriel