miércoles, 19 de septiembre de 2018

Tesoros





 Tesoros

 Estoy bien…  pasan lentos los ratos en casa
suena yéndote  un silbido
muevo mecánico mi pañuelo
reservo lágrimas de postre en la alacena
 
Todo lo que pasa, pasa cuando pasa
y  menos lo esperas,  a pesar de venir de a poquito
como cede el canto cuando cede de ver pasar el río
Y cae incesante la arena de un reloj de arena
 
Al final del corredor hay un espejo
y cada vez que cierro los ojos la misma idea
llevo, un lado sin nadie en mis paseos
 
Encenderé en el jardín de noche las velas
seré lo que quiera… lo que sueñe si sueño seré
yo mismo embelesado viendo girar las ruedas

 © f.  buendía
















sábado, 15 de septiembre de 2018

21 de agosto




 21 de agosto

             Debo buscar razones que justifiquen mi quietud, mi nada más al viento, como los molinos ramell en Sa Pobla – Mallorca,  empujados por una flecha… dejados de lo que una vez fueron al capricho del aire;  gris donde las palas lucieron fuertes de color y ahora solo chirridos y quejas. A eso de tanto andar olvidé la salida, perdí el destino y encontré a cambio de todo tanto que…  apenas nada.  Resignado  a la contemplación cuento estos días embelesado en Linares-Baeza de una en una todas las traviesas de la vía, escucho los trenes que arrancan y en los que a nadie despido, son cuatro millones de pares;   pisan las maderas raíles que escapan cobardes y concomitantes  hacia  el horizonte,  hasta donde mis ojos operados ya no distinguen… Como un trompetista bizco con la cara hinchada… quedo allí sentao oliendo la grasa… viéndolo pasar.

            Esta carta me llegó hoy, yo que nunca recibo… voy a tratar de leerla:

 

                                                          Palacio de las moredas 21 de agosto del presente

            Señor Buendía, a usted que fue solo un rato toda mi vida y que sin entender por qué no lo he    olvidado;  quisiera pedirle que se retire, que sin causticidad entienda que deseo… usted deje de vivir, que muera. Pues debe saber la grave molestia que para mí es su presencia, incluso de oídas la certeza de su existencia…  tan larga y aburrida: en el olvido, en el recuerdo y en el reencuentro... Señor, sepa que solo sus deleitosas torpezas provocaron en mi corazón estas profundas heridas, todas: Sus obsesiones, ensueños y ambigüedades,  aquel absurdo subjetivismo, la exasperación de su extravagancia... los  noes y los síes, los peros…  el desasosiego. Mi querido Fernando,  de mi desaparezca;  sin que malentienda mi gusto espero, pues solo quisiera no volver a necesitarlo… y no encuentro otro remedio para mi bien que su inexistencia. Quisiera  de esta manera recuperar el aliento y volver a dormir con tranquilidad no más que hasta el amanecer reposada y esperar cada día el desayuno descuidada en la cama. Conozca mi malestar el daño y las molestias a lo largo de los años suscitadas, el runm runm incesante en mi cabeza hasta romper en la locura;  asimismo considere  el perjuicio  ocasionado,  lucro cesante por no haber aprovechado  el tiempo de su culpa  perdido…  con otro más elemental  y menos indeterminado.

 

         Entérese también, sepa señor, que especialmente la casa se me hace insoportable en las tardes en que asomada a la ventana miro hacia la esquina del antiguo hospital de piedra cuando por un casual y con aire desgarbado por allí  cruza la decaída caricatura de lo que antes,  Distinguido y olvidado,  usted fue… ¡si bien recuerdo  aún su fina estampa¡  Y con las manos apretadas a la pequeña baranda, trato de cerrar los ojos para no ver… pero usted,  inexcusable pasa.

       Sin más me despido, sin nada, sin quererlo… sin poder ¡ansiado olvido¡ 

                                                                                             Genoveva Oliveira

 

            No sé de quien vino ni debo  querer saberlo, el cartero la dejo en el buzón junto al resto de la correspondencia: recibos domiciliados y saludas de los bancos… Pero ¡el tiempo huye…¡ he leído en esta carta,  hacia atrás de mí ahora… El presente es como el punto de fuga en una perspectiva, es un vértice impropio, situado en el infinito y que solo tiene sentido como referente para recrear la realidad, el pasado y el futuro constituyen las aristas que conforman el volumen. Siempre estamos en el punto de fuga,  impropio, situado en el infinito, pero siempre huyendo hacia cualquier rincón, el que fue o  será... Olvida si puedes que existimos una vez  querida y recuerda que en realidad na fuimos… que solo soñamos… Pero si has de imaginarme, imagíname siempre al acecho...

 

© f. buendía.

 





"Tu pecado tu dios tu asesino"




Tu pecado tu dios tu asesino…


             Es tan larga la espera mientras casi nada la vida,  nada…  ¡tan cansada la insistencia… y delirante es la utopía¡ …tan fatigoso hacer y desleal la perseverancia… Me gustaría escribir una larga carta ahora  para listar mis ambiciones contigo,  disimular entre sus líneas  el deseo… y prometerte besos de por vida, llegar  a viejo contigo… quisiera.  Pero te juro que no pensé jamás… que  pasaría  vergüenza descamisado en tu presencia… de mi cuerpo deslucido  “Tú mal y tú bien, tu pan y tu vino… o tal vez esa sombra…”  Nunca supe que todo eso sería; no en mi fin.

             Suena mientras pienso Nacho Vegas en mi spotify  “Y ahora busco nuevos planes, sobre todo sobrevivir, como un pez sé nadar en un mar de mediocridad “ Es curioso que entre el desasosiego y el no-tiempo; en mitad del caos… a veces llegan mensajes que un rato resuenan; no duran mucho, pero un poco se quedan… humean como una pistola usada y desaparecen después ¡demasiadas señales¡ ¿Crees que puedes soportar durante mucho más tiempo esta consideración?  Es la fe que se mantiene a ambos lados con la convicción de no joderlo todo… de no saber cómo se detiene… sin palabras, asustados… al borde.

         Dos habitaciones grises a cada lado del norte,  idénticas y aburridas, a merced del viento  y el hastío… Y un pasillo eterno por donde  escapa la vehemencia al tempo  que los avisos publicitarios en la televisión… ¡suenan… suenan¡  fuertes por más que bajes el volumen… ¡suenan tarde¡ …hasta enloquecer. Y después todo calla…   Palpita malhablado mi corazón…  tratando de justificar la culpa… entumecido, como viniendo del frio ¡Tack, tack… tack…¡ en esta vida… aterrados, paralizados… sin qué decir… ateridos… fuera de sitio.

         ¿Cómo podría de nuevo fascinarte, hacerte reír… desprenderme de este mal…?  Y,  que a pesar de todo comprendiéramos  “que un solo toque de nuestros dedos podría hacer explotar nuestros circuitos” eso creo, si no se ha convertido también en una ilusión, en la nostalgia de una costumbre ¿qué queda de cierto?  “A veces despierto y toco mi barba, y me pregunto si estoy herido o muerto, si acaso me perseguirán los hechiceros que juraron mi mal bajo la luna… pero nada, solo duermo” y apenas frio.

         No sé si eres a quien  hablo…  no recuerdo cuando dejé de traerte flores… Donde dormíamos el viento ha tirado cosas y la hierba crece entre las habitaciones, el paisaje es de arrugas… el tiempo lo ha movido todo y aunque parezca el mismo lugar, no volveré con flores… ¿Es esto el futuro? porque se parece tanto a la resignación…¡¡¡


 © f. buendía