viernes, 4 de octubre de 2013

Interferencias



No guardes nubes en el armario, pues cada corbata, cada camisa que necesites, los calcetines de todas las mañanas, evocaran tus viejas tormentas… ¿Recuerdas aquella tarde en las escaleras de la casa que hacia esquina con el colegio, en Mágina? Las horas pasaban solo para que las usáramos; las cigarras zumbaban cansinas, el calor nos derretía, los viejos roncaban desde sus portales abiertos, pero nosotros vivíamos sin importarnos las siestas. Sentados con la espalda echada sobre la columna de ladrillo rojo, nuestras mentes bullían escapándose hacia todos los cardinales, buscando la orientación que nos acercara a nuestra forma de entender la cosas.

Mi amigo Barceló  me dijo una vez que a una sombra, sobre todo, no le debe faltar nunca la luz, y a tu sombra hace tanto que le faltas tú… Anoche pase por la vieja esquina y me quise sentar, fumar un pitillo y recordar aquellos tiempos; al acercarme descubrí que aquel ya no era mi sitio, que ese lugar no existe más que en mi memoria. Me sentí decepcionado, defraudado por una parte de mi vida que creía mía por siempre y que hoy me recibió extraña y esquiva… Mohíno huí de allí, espantado, amarga mi garganta escupí al viento desafiante y el viento tan solo me devolvió saliva ¿Quién guarda nuestras vidas? ¿Quién cuida tu sombra amigo? ¿Cuándo perdimos aquella esquina?

Interferencias son vuestras caras hoy, acercándose a mí constantemente, interrumpiendo por un instante, cada vez que emergen, mi rutina. Lo que ayer fue todo, hogaño es un mal contacto, un parásito estacionario instalado en mi razón que, a duras penas encuentro, si es que lo necesito. Sin embargo, cuando él quiere aparece como si antes fuera ahora… “Tenéis que dejar de producir interferencias en mi corazón”.

Una lamparilla de carburo te dejo, con la que he cuidado tu sombra amigo.

La Nebulosa - F. Buendía

Acompañamos con: Enrique Morente, Voces Búlgaras & Lagartija Nick - Campanas por el poeta


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