miércoles, 30 de octubre de 2013

El sentido que tiene la vida


         El sentido que tiene la vida

            Se fueron todos… me quede un rato para repasar mis cosas y sucedió. Nunca he sabido por qué  el destino me buscó a mí que no soy nada, ni por qué  no lo supe aprovechar… El brillo de la pantalla del ordenador portátil aturdía mis ojos agotados  de un largo día de trabajo mientras su reflejo azulado iluminaba mi cara; la penumbra fue ganando el espacio sin apenas darme cuenta y el pitido incesante del teléfono cesó al final de la tarde; la ausencia del resto… el silencio, yo… aquella habitación. Realmente me pilló desprevenido este lunes otoñal, primero después del cambio horario en el fin de semana. Odio este atraso de hora; si los otoños sirven para robarte el verano e introducirte melancólicamente al invierno;  este lunes, de todos es el más traicionero, te empuja desconsideradamente al frío y la oscuridad. Después encontraremos de estas estaciones lúgubres sus encantos, pero espanta verlas llegar.    

            Pulsé sobre inicio y apagué el equipo, apenas sin tiempo para encontrar el interruptor de la luz junto a la puerta e irremediablemente el oscuro se hizo más grande. Contrariado, me sentí por un momento perdido en el vacío… errante, un cosmonauta a la deriva. Y… ¡buaaahi  ¡demonios¡ sonó ahora la alarma programada en mi celular para indicar  fin de jornada y que debía iniciar el camino de regreso a casa.  Sobresaltado giré la cabeza y a lo lejos, como una estrella que marca el buen camino, su display iluminado me sirvió de guía.

            La estela de mi estrella me llevó hasta el interruptor, encendí y recogí todo para disponerme a salir, escuche entonces la voz de Siri advirtiéndome del mal tiempo afuera, agradecido rodeé mi cuello con la bufanda y abotoné la chaqueta hasta arriba. Le pregunté dónde podría encontrar un taxi y me dio el número de la central; quise saber cómo llegar a casa sin atascos y me indico los nombres de las calles por las que me debía dirigir, un lugar para pedir comida china, saber si el dinero me alcanzaría hasta final de mes, el teléfono de Julia; y de inmediato me conecto con su terminal

-           Llegaré en un momento, no prepares nada de cena cielo porque ya la he encargado yo, chao, chao  -  colgué.

Amable, la voz irrumpió finalmente para despedirse deseándome una buena noche, sonreí y antes de bloquear el aparato para guardarlo en la cartera, miré reflexivo aquella luz… e inevitablemente pregunté 

-           Dime una cosa Siri, ¿cuál es el sentido que tiene la vida? – 

            “A veces me tiro de la cama a media noche y paro todos los relojes para escuchar solo el silencio”  planeo una hoguera en el patio de casa donde quemar todo cacharro con pilas, cuerda o cualquier otro origen que le provea de función autónoma alguna. Apago las luces y conecto la aplicación…  dejo que ella me hable, y le hablo yo; descubro como con el paso del tiempo logra entender mis debilidades. Mucho más joven que yo como la imagino Siri me guía.    

   
La Nebulosa - f. buendía.



No hay comentarios:

Publicar un comentario