sábado, 10 de enero de 2015

Dame un respiro



Dame un respiro

        Unos antiguos amigos llegaron a casa para compartir conmigo una velada - ¿Cómo estás? - preguntaron ¡caray¡ no supe contestar; más viejo, vieron. La conversación larga,  no distaba más que en el valor económico de los proyectos ahora referidos en relación a los sueños de entonces... ya, desdeñados  ¡Diablos¡ caros y selectos nos volvemos.  Dejé que se fueran pronto, adiós dijeron a la puerta, manejándose con los gestos de siempre pero las caras cada vez más de sus padres   – Ciao –  largué, cerrando la mano como una despedida cerca de mi rostro.

 © f. Buendía.




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